Autor: Daniel Gonzalez
La literatura influye en los pensamientos del lector, el moldeamiento de su personalidad y aumenta sus cualidades en distintos ámbitos. La literatura es el arte de comunicar un mensaje con palabras de tal modo, que transmiten belleza y despiertan una sensación o un sentimiento determinado. Se caracteriza principalmente por la utilización de palabras para crear obras de arte. Es un modo de conocimiento de la realidad, una forma de lenguaje, es un estilo de vida y un modo de trascendencia. Por otro lado, la personalidad del sujeto es un conjunto de conductas, rasgos, cualidades y formas de pensar que suponen diferencias individuales. Como se sabe, el carácter se puede ir moldeando según los estímulos externos; el incorporar nuevos hábitos, vivir buenas y malas experiencias, lo que va forjando nuestra personalidad.
Leer literatura cambia nuestra personalidad de distintas formas, una de ellas es que nos vuelve personas creativas y con mayor capacidad de reflexión, esto se debe a que nuestro cerebro interpreta lo que sucede en la historia como si estuviese pasando en la realidad. En el caso de los libros de ficción, el lector se sumerge en la historia e increíblemente, da por verídicos varios sucesos de la trama; como por ejemplo: la existencia de alienígenas, de monstruos, de humanos con poderes, entre otros. Cuando una persona lee un libro de ficción, las redes neuronales se activan, produciendo una simulación de los eventos que suceden en la historia. Es decir, todos los comportamientos vistos en la trama se archivan en nuestro almacenamiento mental junto a otros comportamientos reales que hayamos visto a lo largo de nuestras vidas. Las experiencias leídas en la trama se integran con el resto de experiencias que ya hemos vivido.
Una lectura de ficción con interacciones realistas puede ayudar a una persona a mejorar sus relaciones interpersonales, esto se debe a que el lector va aprendiendo de ellas a lo largo de la trama. Este tipo de libros presenta un mundo imaginario al lector, debido a esto; el lector aumenta su pensamiento imaginativo y creativo. Según el psicólogo y literario Guillermo Jiménez, las personas reaccionan de manera más drástica a nivel emocional con las historias que en la vida real, debido a que en ella no tenemos la necesidad de protegernos de las emociones, ni nos seguirán a la vida real una vez cerremos el libro. Un lector que se sumerge en la historia, posiblemente experimente miles de emociones y pensamientos distintos.
Un estudio realizado en 2014 por la Universidad de York en Toronto, arrojó como resultado que las personas que leen literatura tienen mayor empatía, es decir, tienden a ponerse en el lugar del otro en situaciones problemáticas y tienen una mayor percepción del mundo que los rodea. Esto se debe a que nuestro cerebro reacciona a los sucesos ocurridos en la trama de forma empática, es decir, empatizamos con el protagonista como si se tratara de nosotros mismos. Este estudio también concluyó que las personas que leen literatura, tienden a ser más autocríticos y a su vez, comprenden, reflexionan y cuestionan mejor las opiniones, actitudes y creencias de los demás.
Según investigaciones científicas, leer mantiene al cerebro en forma; de hecho, se ha comprobado que podría ayudar a prevenir el alzheimer. Natalie Phillips, responsable de una investigación que hizo resonancias magnéticas en personas que estaban leyendo, mencionó que durante la lectura hay un incremento sustancial e inesperado en el flujo sanguíneo del cerebro, el cual nos ayuda a concentrarnos y a centrarnos mejor en la lectura. De igual manera, si se logra una constante y profunda lectura, el cerebro entraría en un estado de placer y relajo. Según un estudio de la Universidad de Sussex, leer relaja más que escuchar música, dar un paseo, tomarse una taza de té o los videojuegos.
Según la neurocientífica Susan Greenfield, la lectura ayuda a ampliar la capacidad de atención de los niños, puesto que las historias tienen un comienzo, un desarrollo y un final, es decir, cuentan con una estructura que empuja a sus cerebros a pensar de forma secuencial, y a enlazar causa, efecto y significado. Asimismo, leer frecuentemente desde temprana edad desarrolla la comprensión lectora, amplía el vocabulario y nos permite conocer más del mundo y de las personas. Según varios estudios de la Universidad de Berkeley y la Universidad de Toronto. Es importante mantener un hábito de constante lectura durante la adolescencia, dado que en esa etapa de nuestras vidas, las reacciones emocionales son más intensas y tenemos más capacidad de aprendizaje que de niños o adultos. La literatura ayuda a forjar nuestra identidad, alterando nuestras conexiones mentales y creando nuevas ideas y formas de pensar.
Leer literatura provee de diversos beneficios tanto a niños como a adultos, sin embargo, en la década de los 70, una novela titulada: “Las penas del joven Werther”, novela en la cual el protagonista termina suicidándose por amor, trajo consigo una ola de suicidios que alertó al mundo. El efecto Werther fue el término designado por el sociólogo David Philipps en 1974 para definir el efecto imitativo de la conducta suicida. Esta novela fue un éxito poco después de su publicación. Tal fue su popularidad, que un promedio de 40 jóvenes alrededor del mundo se quitaron la vida de una manera muy similar a la del protagonista. Esta ola de suicidios desencadenó que en países como Italia y Dinamarca se prohibiera este libro.
En conclusión, toda persona debiera desarrollar el hábito de leer literatura, ya que nos convierte en personas cultas, nos permite desarrollar nuevos pensamientos y mejorar nuestras habilidades críticas y analíticas, lo cual aporta grandes beneficios en nuestra forma de relacionarnos con el mundo.
Finalmente, cierro este ensayo con la célebre frase del escritor y político británico Joseph Addison: “La lectura es para la mente lo que el ejercicio es para el cuerpo”.
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