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“De nada sirve quedarse con los brazos cruzados lamentando la situación.“

Foto del escritor: La Voz del LoboLa Voz del Lobo

Autor: Cristobal Muente

 

“De nada sirve quedarse con los brazos cruzados lamentando la situación.“ Alejandro Del Carpio, Presidente del COES


Desde que nuestra comunidad educativa asumió el desafío de llevar el año de forma virtual, los alumnos y profesores hemos tenido que adaptarnos y vivir de manera distinta el año escolar. Estando en el tercer periodo, creo que es necesario tomar una visión introspectiva de cómo hemos reaccionado ante esta situación. En esta nota, Alejandro Del Carpio, presidente del Consejo Estudiantil (COES), compañero de promoción y amigo, nos cuenta su testimonio ante esta nueva etapa.


¿Como presidente del COES cuál ha sido tu mayor reto en la pandemia?


Ser cercano con el equipo y con los alumnos. Desde que nos postulamos nos propusimos que el pilar fundamental del ser Consejo Estudiantil iba a ser el contacto humano. Uno horizontal, sin prejuicios y listo para escuchar. Bajo una coyuntura distinta este pilar ha sufrido bastante naturalmente. Sin embargo, gracias a las reuniones y las numerosas actividades creemos firmemente que lo estamos logrando. Más allá de que el alumno se sienta identificado con el Consejo, queremos que sienta que forma parte de nosotros porque al final así es. Queremos dejar el precedente de que más allá de el sinfín de proyectos que un Consejo Estudiantil quiera ejecutar, siempre el ser cercanos debe primar. El contacto humano es trascendental para la representación de grandes grupos. Interesarse por sus preocupaciones y deseos es lo principal, lo demás pasa a segundo plano.


¿Qué sensaciones te genera llevar quinto de secundaria de manera virtual?


Una tristeza profunda. Realmente extraño todo y daría lo que fuese por volver con mis amigos. Tuve la oportunidad de ir al colegio por temas logísticos hace un par de meses y definitivamente no es lo mismo. Se siente un vacío enorme y una soledad inigualable. Probablemente no volvamos y eso es lo que más me duele. Sin embargo, no hay tiempo para lamentarse. Nos queda asimilar la realidad y combatir contra ella. Ser quinto de manera distinta. A pesar de ser los más golpeados siento que también debemos inspirar y motivar a otras promociones porque los reflectores siempre están sobre nosotros. Uno sueña con estar en quinto desde que ingresa al colegio, me atrevería a afirmar, y cuando se les veía en el cole era como un espejismo. Ahora, solo nos queda levantar la cabeza y seguir el camino. Procurar nunca desligarnos de lo que el ser inmaculado significa


¿Como alumno, sientes que el colegio te ha brindado apoyo?


Siento que los profesores han sido y son un gran apoyo. Muchas veces preguntan cómo estamos, algunos responden y otros callan. Ellos están muy pendientes de nosotros solo que a veces nosotros, como alumnos, no lo notamos. Ellos están pendientes de nosotros en todo momento y saben que nada es más importante que el estado emocional del alumno. Me emociona mucho cuando un profesor deja de lado su clase para hablar de la vida, siento que no podría estar en mejor lugar que este. También siento que hay mucho esfuerzo por parte de los directivos, coordinadores y asesores para escucharnos y según eso tomar decisiones. Aún así creo que deberían formarse mejores canales de comunicación entre los alumnos y estos últimos. Unos formales, regulares, que se haga parte de la rutina escolar. Las semanas pasan y las necesidades cambian. Es un tema del que como Consejo queremos plantear una solución. La comunicación en tiempos de distanciamiento es vital para el funcionamiento de cualquier institución.


¿La pandemia te ha dejado alguna enseñanza? ¿Qué enseñanza?


Definitivamente sí, y muchas, pero resalto básicamente dos. La primera es el hecho de luchar por lo que quieres sin importar las circunstancias. La “coyuntura” no debe ser obstáculo para seguir con lo que te hace feliz. No hay manera de replicar lo presencial, pero sí de reinventarse y adaptarse. De nada sirve quedarse con los brazos cruzados lamentando la situación. Solo queda seguir remando en busca de nuevos horizontes y tierras por conquistar. Por otro lado, también diría el de hacernos conscientes de todos los privilegios con los que vivimos. Cada vez siento que la burbuja en la que estamos se hace más grande. Veo a muchas personas sufriendo por terminar el día con algo de comer, otros endeudados porque perdieron el trabajo u otros que no tienen donde dormir. Muchos de nosotros nos quejamos de que el internet está lento o que la computadora se traba. Sin duda alguna estas quejas nos deberían hacer felices. Esto porque nos quejamos de algo que felizmente tenemos cuando hay miles de personas que no tienen esa oportunidad. El privilegio es una responsabilidad que debe ser usada con coherencia y humildad. Cada uno desde su propia trinchera ayuda a formar un país un poquito mejor, desde tu propios gustos y talentos. De lo contrario, terminamos siento individuos desconectados de la realidad que viven para satisfacer cada nuevo deseo propio.



¿Qué le dirías a tus compañeros de promoción en este momento?


Que los extraño y que los quiero mucho. Realmente cuando juego con algunos de ellos o cuando organizamos zooms, me traslado mentalmente al colegio y siento una felicidad absoluta. También les diría que no se rindan, quedan poco más de dos meses para acabar el colegio y todavía queda mucho por vivir, por reír, por disfrutar. Pero, sobre todo, que el acabar el colegio es el final de una etapa en la vida personal, pero en lo colectivo amical sólo significa un nuevo comienzo. Tal vez no nos veamos tan seguido, pero debemos procurar que el contacto nunca se pierda y siempre recordar los momentos vividos y regresar al colegio que tanto queremos.



Esta entrevista me inspira a aumentar mi disposición en los últimos meses que quedan del año escolar. En mi caso esos meses serán los últimos. Alejandro nos invita a no rendirnos y persistir en la lucha contra la pandemia. Nos invita a seguir disfrutando y aprendiendo en esta casa de estudio, reconociendo que somos privilegiados al tener acceso a la educación en esta coyuntura actual. Este texto demuestra que a todos nosotros se nos han presentado dificultades. El mismo Alejandro mencionó sus desafíos, pero asimismo recalcó aquellas enseñanzas que la pandemia le ha regalado. “De nada sirve quedarse con los brazos cruzados lamentando la situación”. Sigamos enfrentando esta situación con resiliencia y disposición. Encontremos a Dios en todas las cosas, porque este año tan atípico nos va a marcar a todos. Depende de tí como quieres que te marque.

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