Por: Gianluca Fiorini
Veo mis estantes y en ellos una pila de revistas, algunas leídas, otras solo ojeadas. De entre esas revistas, varias son ejemplares de “Somos”, publicación perteneciente al grupo El Comercio, uno de los medios de información más prestigiosos en el país. Abro alguna de estas y me encuentro con artículos, reseñas, crónicas de indiscutible calidad, además de textos por personajes de profesionalidad notable; sin embargo, llego a una sección de la revista que me hace dudar del prestigio ganado por la firma: la sección sociales.
Una colección de fotografías repleta esa página, con pequeños textos que indican quiénes son aquellos que salen ahí. Uno puede notar un patrón que se repite en todas las fotos, en todas estas revistas, y este es que todas las personas que aparecen acá destacan por la claridad de su piel y de su pelo. Es sabido que El Comercio fue fundado por oligarcas, en la época en la que nuestro país era regido por una reducida élite socio-económica; e incluso no es erróneo decir que los Miró Quesada, los dueños de El Comercio, siguen perteneciendo al grupo de familias más acomodadas del Perú. Técnicamente no hay nada malo en que la nueva aristocracia peruana quiera tener una sección en donde se exponga a sí misma en su mayor esplendor. Sin embargo aquello que sí es reprochable es el nombre de esta: Sociales.
Según la Real Academia Española, la palabra “social”, del latín sociālis significa perteneciente o relativo a la sociedad. ¿Son acaso estas fotografías un retrato verdadero de la sociedad? El nombre es errado, puesto que los parámetros para escoger a quienes salgan aquí son, indiscutiblemente, el de la raza, y muy probablemente, el del apellido. El hecho de llamar así a la sección parece ser un intento de exponer a aquellas personas, estereotipos personificados, como el nivel más alto de la sociedad. Desde cierto punto lo es ya que son seguramente relativos a las clases más pudientes. Sin embargo, si se quisiera hablar de una verdadera sección de “sociales”, el abanico de opciones de las personas que pueden ocupar este espacio incrementaría radicalmente su tamaño. Por el momento, considero que el nombre que mejor le queda a esta es el de: “sección raciales”.
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