Autor: Ignacio Chirinos
Dos meses después...
Parte 3: Ironic, isn't it?
Es gracioso; me atrevería a decir que incluso hilarante cómo un buen recuerdo se puede deformar cual plastilina en una pesadilla, don't ya think? Yo diría que es hasta algo mordaz. Parece que por cada risa, dos lágrimas son liberadas. ¿Cómo es posible que tras tanto tiempo del último “coucou”, siga sintiéndome culpable? Culpable de haberme rodeado con personas que no quiero, quise y que probablemente, a pesar de todo lo que han hecho por mí, nunca querré. No sé si tus ted talks sobre por qué jugar a tirar el dado, esperando a ver qué cara debes mostrar, o mejor cito tus palabras, “tienes que ser hipócrita”, son la razón por la que lo que en algún momento fue nostalgia, ahora resentimiento, es el fluido que bombea mi corazón con toda su alma. Tal vez el haberme asimilado a ti me convierte en una mala persona. O simplemente, en un convenido. Pero, ¿por qué lloro más en una película como call me by your name que escuchando la cracking voice de una “amiga” relatándome sus problemas familiares o bueno, su falta de padres? ¿Sé que tampoco las amo, pero acaso no soy humano? No me entiendo, lo lamento. ¿Pero qué tal si solo su muerte me hará sentir algo por ellas? O tal vez, ni siquiera eso sea suficiente. Ya que, a pesar de que les pueda mentir sobre quien soy o cómo me siento, nunca podré mentirme a mí mismo. En el trabajo de la autobiografía de comu, me describí con el emoji con el que me representan mis amigos, un clown. Pero ahora, he logrado comprender que tan solo redacté mentiras que las personas piensan, pues la realidad es que el emoji hipócrita, solo representa la máscara que llevo usando durante todos estos años para ocultar cómo me siento realmente. Ya que aquellas esperpénticas lágrimas que derramo en las llamadas, dejan de ser ficticias cuando estoy tras la puerta de mi baño, tearing myself apart cantando Idontwannabeyouanymore, pues ni el río Amazonas se compara con el río de lágrimas que derramo al ver el reflejo empañado de lo que me he convertido. “I don't wanna be you, anymore”. ¿No te parece ironic que una de las memorias más bellas contigo ahora sea la más cruel?
Parte 4: La puerta pesada.
A veces, tengo miedo de abrir mi propia caja de pandora (la de mis traumas); siento que son como un cofre del que emanarán espíritus borrosos que me perseguirán como un leopardo a un ciervo, y a pesar de que reze por ser lo suficientemente veloz para escapar de ellos, no sé si I'll make it. Por tanto, no me gusta comentar sobre ellos. Pero por última vez, te mostraré mi torso desnudo con todas y cada una de sus estrías.
Había entrado por la puerta pesada. Qué creía, ¿que tenía la vista tapada?. Lucifer había bajado con su hermoso collar. Pero qué tenía eso, ¿una infinidad de cristal? Algo punzante, con el cual traicionar, tal vez solo quería verme llorar. Mas ¿por qué jugué con él, acaso pensé que lo podría superar? Quizá solo me dejé llevar.
Aunque otro día, pensé que vi a Michael, que bajaba del cielo con un apetito voraz. Ayúdame, please, parece que solo fue otro disfraz.
Ambos se aliaron y fueron por mí. Parece que así yo me consumí. ¿Será que ahora viven en mi mente? Paguen ya la rent, hay que ser más elocuente.
Do you get déjà vu?
Parte 5: CONTINUARÁ
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