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¿A qué sabe la mermelada?

Foto del escritor: La Voz del LoboLa Voz del Lobo

Autor: Matías Yabar

 

Actualmente se vive en tiempos de total incertidumbre para la ciudadanía, con las elecciones y mucho en juego para el país, éste mismo ha sufrido severos cambios de actitudes, uno de estos cambios se evidencia en la creciente desconfianza de la población hacia los medios de comunicación, fuertemente influenciado por el famoso término: “mermelada”. Esto ha provocado que la imagen del periodismo a ojos de la población haya decaído y que hayan resonado las palabras de “Publicidad Estatal” entre peruanos que antes desconocíamos del tema. Resulta muy curioso, pues anteriormente se tenía al periodismo como una labor honorable, que buscaba la verdad y se arriesgaba con tal de llevar la verdad a los ojos de sus compatriotas. Hoy en día ese escenario es muy distante, y eso resulta muy grave teniendo en cuenta que a la prensa se le considera el “cuarto poder” después del Ejecutivo, Legislativo y el Judicial. Es por ello que el artículo del día de hoy está dedicado a esclarecer esa niebla que cubre a un sector que se encuentra muy confuso, misterioso y que se encuentra muy ligado a los intereses del Estado y de corporaciones con claras inclinaciones políticas.


Empecemos hablando de la terrible concentración de medios comunicativos existente en el Perú, la cual es controlada por el grupo El Comercio. Este grupo actualmente controla el 80% del mercado de la prensa escrita en la nación, contando con diarios como Trome, Peru21, Depor, Gestión, Ojo, Correo, Gestión, Publimetro etc. Sin embargo, este conglomerado no solo cuenta con el mercado de lo escrito, la corporación cuenta con fuerte presencia en los medios televisados, siendo dueños de Canal N y América Televisión. El Grupo El Comercio en los recientes años ha estado frecuentemente en rojo, pero sorpresivamente siempre recibe un ingreso repentino de dinero que permite que subsista este conglomerado. Esto es causa de los millones que este grupo recibe de la “publicidad estatal” que es otorgado por el Estado con el fin de que “se difundan los comunicados del Gobierno a la población”. Tan solo entre el año 2018 y 2019 recibieron cerca de 38 millones de soles entre 2018 y 2019. Este dinero es lo que los salva de la quiebra, es lo que se llama corporativismo, lo que supone una colusión entre el Estado y la empresa privada por ciertos beneficios mutuos. Pues se quiera o no existe un vínculo entre ambas partes y el grupo El Comercio de una manera recompensa ese ingreso, que no es poco, al Estado que lo salva de la quiebra. Recordemos que el grupo El Comercio es dirigido por la familia Miró Quesada, de quienes puedo resaltar al señor José Graña Miró Quesada, quien fue durante décadas el presidente del directorio de Graña y Montero y que fue sentenciado a 18 meses de prisión preventiva al asociarse con Odebrecht para el segundo y tercer tramo de la carretera Interoceánica Sur durante el gobierno de Alejandro Toledo, un escándalo que salió a la luz por el caso Lava Jato. El grupo Graña y Montero la conforman 26 empresas del rubro de la infraestructura y la ingeniería con presencia en 8 países latinoamericanos y operaciones actuales en Chile y Colombia. Es una de las más grandes e influyentes constructoras del país, que se ha visto envuelto en un sinnúmero de escándalos de corrupción en colusión con el Estado, además del ejemplo anteriormente mencionado, este grupo tuvo el 20% de participación en la obra de un Gasoducto Sur Peruano concesionado por el Ministerio de Energía y Minas, cuyo contrato fue cerrado tras escándalos de corrupción. Se supo que este grupo sabía de sobornos de Odebrecht al gobierno de Toledo y además, en el segundo gobierno de Alan García, fue acusada de pagos ilícitos tras sobornos para adjudicarse la obra y generar un sobrecosto de 400 millones de dólares de nuestros impuestos en el proyecto de las líneas 1 y 2 del Metro de Lima. Tampoco olvidemos al dueño del diario La República, además de socio del grupo El Comercio Gustavo Mohme, quien se supone que habría pactado con Vladimiro Montesinos en 1988 como una especie de agente secreto del Servicio Nacional de Inteligencia a cambio de beneficios financieros, controlando su línea editorial según un audio de Montesinos en la Base Naval. Un extracto de audio dice lo siguiente: “Gustavo Mohme Seminario, para cumplir con su misión de topo, utilizó soterradamente como herramienta el diario La República, y su tarea específica fue la siguiente: brindar información anticipada de los contenidos a publicarse en el diario La República, revisar al detalle los artículos que se difundían con la finalidad de regular la línea crítica y opositora al gobierno de ese entonces, recibir instrucciones para difundir determinadas noticias en dicho medio periodístico”. “Consecuentemente, era el encargado de controlar que la línea periodística del diario La República se mantenga en una oposición crítica al gobierno dentro del marco ordenado” Sumemos a ello el escándalo y, a mi juicio, traición a la patria, de sacar una edición con la portada diciendo: “El túnel sí existe”, donde se revelaba la existencia de un túnel que era parte fundamental del plan de rescate del Comando Chavín de Huántar para salvar a los 72 rehenes de la Toma de la embajada de Japón, poniendo en riesgo sus vidas y las de los valientes miembros del Comando, obligándolos a replantear la estrategia de rescate y alertando a los terroristas del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru. ¿Qué significa esto? Significa que tenemos a un grupo que controla el 80% de la información que llega a oídos de los peruanos, que es financiado por el gobierno con un aproximado de 38 millones de soles al año. Dirigido por un personaje que a su vez es presidente del directorio de un grupo que es parte del famoso “Club de la Construcción”, quien ha sido acusado por tener estrechos lazos con el gobierno y Odebrecht y que ha pasado 18 meses en la cárcel por actos de corrupción, sumado a un personaje que controla a un medio comunicativo importantísimo que habría sido un “topo” del SIN y que habría censurado y manipulado la información brindada a la ciudadanía para no visibilizar una oposición real al entonces presidente Fujimori y su gobierno.


Tras leer esto surge un nuevo concepto a analizar, el cual es el famoso término de “publicidad estatal”, que sugiere una relación estrecha entre los medios hegemónicos y el gobierno de turno. En definiciones del JNE, la publicidad estatal es: “Son todos los recursos públicos utilizados en propaganda a favor del Estado, tanto para el gobierno nacional, regional y local a través de escritos, imágenes (fotografías, video, dibujos u otro similar) y grabaciones que puedan ser difundidos , exhibidos o distribuidos.” Puede que esté loco, pero esto me suena a una dictadura informativa, a un totalitarismo estatal que impone sus intereses a medios de comunicación mediante pagos millonarios que salen del bolsillo de la ciudadanía. Pero, por un segundo, confiemos en el gobierno y en que lo gasta para que sus proyectos y campañas sean difundidas a toda la población. Pues bien, ya existe un canal para ello, se llama TV Perú, una cadena de televisión donde se difunden todo tipo de noticias y contenido relativo al Estado, sumemosle a ello todas las puertas que se abren en el mundo de las redes sociales y el internet, donde quien quiere hacerlo se puede informar sin problemas. Sé que habrán personas que dirán que hay gente que no quiere saber y que ignora todo esto, pero: ¿nosotros tenemos la culpa? ¿tenemos que pagar con nuestros impuestos pagos millonarios a grupos privados por la intención de estar desinformados de unos ciudadanos? Tan solo en el gobierno de PPK y Humala se gastaron 1200 millones de soles de nuestros bolsillos en millonarios contratos de publicidad con medios de comunicación “privados”. Algo muy interesante de estos contratos es que los precios los imponen los medios de comunicación al Estado y no son puestos a una negociación meticulosa, tampoco hay una revisión de la eficacia ni uso del gasto de éste en la misma empresa tras el pago gubernamental. Esto hace que exista un alto sobreprecio que se impone al gobierno por parte de estos medios, y que según estimaciones podría llegar a un 80%, es decir que a precio de mercado este gasto representaría solo un 20% de lo que nos cuesta actualmente. Para hacernos una idea de lo exorbitante que resulta esto, durante los periodos 2018-2019, según el MEF, el Gobierno gastó casi 120 millones de soles, de los cuales el grupo El Comercio, como dijimos anteriormente, recibió 37 millones, Latina recibió 22 millones, al grupo RPP se le pagó 16 millones, al grupo ATV se le financió con 14 millones, Exitosa fue beneficiada con 8 millones y a La República con poco más de 7 millones, todo pagado por nosotros.


A continuación procederé a resaltar algunos escándalos y conexiones muy interesantes entre el Estado y algunos periodistas que forman parte de esta hegemonía mediática. Empecemos por Juliana Oxenford, de la cual su esposo, el productor televisivo Milovan Radovic es socio de “Kubrick Any Story, Any Media Producción Sociedad Anónima Cerrada” obtuvo grandes contratos con PromPerú, un organismo público. Ambos fueron durante la pandemia, y el primero, en Mayo, fue de casi 34 000 soles para campañas de turismo, y el segundo fue en Agosto, con otro casi 34 000 soles dedicado igualmente al turismo y, cabe resaltar, que fue beneficiado por el Ministerio de Economía y Finanzas con un préstamo de más de medio millón de soles. Añadiendo a estos escándalos, encontramos el de Mávila Huertas, pues resulta que en Junio de 2018 firmaron la resolución ministerial N° 715-32018 DE/MGP, la cual autoriza al hermano de Mávila, José Abelardo Huertas para una comisión especial en los Estados Unidos ante la Junta Interamericana de Defensa, promovido por el mismísimo Vizcarra, beneficiándose con casi 100 mil dólares en tan solo 6 meses. Lo que lo hace más curioso es que siempre se mostró a favor del gobierno del mismo, incluso en una entrevista en Canal N dice lo siguiente: “Me están pidiendo desde Palacio que vaya acelerando el paso… digo” mientras habla con él mismo, a lo que responde: ¿De palacio? ¡Yo estoy acá! Asimismo, esta periodista se sumó a una campaña iniciada por los periodistas Rosa María Palacios y Augusto Álvarez Rodrich al serle negado la Presidencia del Consejo de Ministros a Pedro Cateriano, haciéndole resonancia y apoyo al gobierno. Por último tenemos a Rosa María Palacios, una periodista que fue parte de la campaña de Juan Carlos Hurtado Miller para la alcaldía de Lima en 1998, la cual fue financiada por Vladimiro Montesinos, que incluyó a la mencionada anteriormente. Las declaraciones de Hurtado dicen lo siguiente, indicando que Palacios sabía del origen del financiamiento: “Lo sabía el contador, quien entregaba la plata para que se registrara en la contabilidad y presentarla ante la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), sabía Rosa María [Palacios] y dos o tres personas más” recordemos que un año anterior ya se sabía que Montesinos hacía millonarias declaraciones a la SUNAT que no coincidían con un funcionario público y al año del escándalo de Palacios se supo del financiamiento de la “prensa chicha”. Rosa María trabajó en televisión hasta el boom de los petroaudios y la acusación durante el gobierno de Alan García al esposo de Palacios, Alberto Varillas, directivo de Petrotech. En ese momento es expulsada de la escena televisiva momentáneamente. Posteriormente se vio envuelta en otro escándalo al defender a capa y espada al ministro Jaime Saavedra, quien se vio envuelto en casos de corrupción relacionados a los Juegos Panamericanos, compras de computadoras, consultorías y el enorme aumento de presupuesto para la publicidad estatal, la cual pasó de 674 mil (2011) a 26 millones de soles (2016), un gasto que la beneficia directamente, pues ella suele trabajar en medios como América o La República, medios beneficiados por la “publicidad estatal”, bajo la excusa de la Ley Universitaria. A esto hay que sumarle su férrea defensa a Susana Villarán, incluso en un tweet dijo: “Y Villarán puede ser muchas cosas pero NO es ladrona pese a todos los esfuerzos de convertirla en una. NO todos son corruptos como Castañeda” hoy en día Susana Villarán está en arresto domiciliario por delitos de corrupción en el caso Odebrecht y que produjo un tremendo gasto público bajo su liderazgo, llegando incluso a superar al del gobierno central. Todo lo que esto nos dice es que, además de los medios, contamos con periodistas que se encuentran bien atados con el gobierno, ya sean ellos mismos o su círculo íntimo, además de tener una visión parcializada de la política con claras inclinaciones que oscurece la esencia del periodismo.


Tras haber expuesto los puntos anteriormente mencionados, nos podemos hacer una idea del panorama mediático del país. Nos encontramos ante una gran concentración de medios, con un grupo como El Comercio controlando el 80% de la información que recibimos, vinculados a Odebrecht y a Graña y Montero, que a su vez coludieron con el Estado en actos de corrupción. A esto se le añade que casi la totalidad de los medios recibe un subsidio estatal en forma de “publicidad estatal”, que a grupos como La República o El Comercio los salva de la quiebra. Gastos que son millonarios, que no son a precio de mercado y no hay una adecuada revisión por parte del gobierno del uso del dinero. Es por esto que creer que estos gastos exorbitantes hechos a medios de comunicación, que a menudo han blindado y encubrido a políticos y funcionarios públicos, como lo fue el caso de Vizcarra, el vacunagate y al ministro Saavedra, no influyen en nada sobre la información que la mayoría de peruanos consumimos día a día, es de una persona ilusa y que ha sido engañada para ser funcional al gobierno de turno, permitiendo que un Estado nos manipule y nos dé la información que crea conveniente, mientras oculta lo que desea. Esto genera un atentado al libre mercado y a la libre prensa, pues nos crea una red de medios hegemónicos y oficialistas que son mantenidos por el Estado que parcializa el contenido de acuerdo a su conveniencia, lo que reduce, limita y dificulta al progreso a medios de comunicación independientes, los cuales no reciben subsidios y que compiten con las reglas del juego, dando su mejor servicio al mejor precio y atendiendo a las necesidades del mercado, sin un lazo con el gobierno, lo cual le permite dar una opinión libre de una presión gubernamental ni de otra mordaza con las que cuentan la hegemonía mediática. Estos medios financiados con “publicidad estatal” no compiten con las reglas del juego, han coludido con el Estado y éste les ha beneficiado, no es necesario que anden mejorando su servicio, bajando precios ni adaptándose al mercado, pues su papi Estado los rescata de sus números en rojo, por lo que recompensan a “su salvador” con parcialidad informativa, pues como se dice: “no se muerde a la mano que te da de comer”. Este no es un tema de derecha ni de izquierda, es un tema de libertad, de manipulación informativa y de un atentado a nuestra inteligencia. Se trata de decir basta a la siesta a la que nos han mandado los políticos de turno. Se trata de despertar de esta fantasía y ver la realidad del país, de no dejar que el Estado nos manipule para ser funcionales al mismo, se trata de tener pensamiento crítico y no seguir a las masas influenciadas por esta mafia en pos de una sociedad diversa, crítica, libre e informada que enaltezca a nuestro querido y amado Perú.


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