top of page

Columna Histórica XXI - La Expedición Libertadora (8 de septiembre de 1821)

Foto del escritor: La Voz del LoboLa Voz del Lobo

Autor: Pietro La Torre Zambrano

 

I. Introducción

La Expedición Libertadora, comandada por el Libertador don José de San Martín, partió del puerto chileno de Valparaíso rumbo a tierras peruanas el 20 de agosto de 1820, y desembarcó en la Bahía de Paracas el 8 de septiembre de ese mismo año. Antes, San Martín había logrado, de la mano con Bernardo O’Higgins, la independencia de Chile tras cruzar la cordillera de los Andes.

Un reciente hallazgo, realizado por el historiador argentino Rodolfo Terragno, demuestra que el plan llevado a cabo por San Martín era, en realidad, un planteamiento elaborado por un ilustre escocés, Sir Thomas Maitland, por encargo del gobierno del Primer Ministro británico William Pitt el joven. El denominado Plan Maitland estipulaba lo siguiente: ganar el control de Buenos Aires; tomar posiciones en Mendoza; coordinar acciones con un ejército en Chile; cruzar los Andes; derrotar a los realistas y controlar Chile; continuar por mar a Perú; e independizar Perú.

La gesta de San Martín fue precisamente esa. Por tanto, al zarpar la Expedición Libertadora de Chile y arribar al Perú, San Martín estaba iniciando la fase final y más importante del Plan Maitland que venía cumpliendo meticulosamente desde que arribó al Río de la Plata en la década de 1810.


II. España y Gran Bretaña

La relación entre España y Gran Bretaña había sido de una rivalidad incesante. Según Rodolfo Terragno, Gran Bretaña hacía planes para invadir las colonias españolas en América debido a los permanentes conflictos que sostuvo con España a lo largo del siglo XVIII y principio del XIX: España había sido su enemiga permanente, en asociación muchas veces con Francia, en diversos conflictos europeos y en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, las otroras trece colonias británicas.

No obstante, a partir de 1808, la España anti-napoleónica estableció alianza con Gran Bretaña a fin de expulsar y derrotar al militar corso. Por ello, Gran Bretaña se vió imposibilitada de atacar las colonias de su aliada. “Fue entonces cuando desistió en sus planes de conquista [como ocurrió con la Invasión del Río de la Plata entre 1806 y 1807] pero ayudó oficiosamente -a través de sus gabinetes magisteriales, no de la Corona- a los revolucionarios hispanoamericanos”, escribió Terragno.

En este contexto, en 1799, el parlamentario inglés Sir John Hippisley encargó al escocés Thomas Maitland la elaboración de un Plan para la conquista de las colonias españolas en América. El resultado fue el Plan Maitland, al que, según Terragno, San Martín accedió durante su estadía en Londres y lo cumplió a pie juntillas. La independencia de Hispanoamérica, entonces, ya estaba siendo gestada por Gran Bretaña desde mucho antes como un proyecto cuya finalidad era borrar del mapa a España, su sempiterna enemiga, y qué mejor manera para ello que desposeyéndola de sus colonias americanas de las que dependía económicamente.


III. Formación de la Expedición Libertadora

Luego de lograrse la independencia chilena con la victoria patriota definitiva en la Batalla de Maipú el 5 de abril de 1818, el gobierno chileno, presidido por don Bernardo O’Higgins, inició la formación de una poderosa escuadra cuyo objetivo era llegar al Perú por mar e independizarlo de modo que la independencia chilena y rioplatense sea consolidada. La presencia realista en el Perú atentaban directamente contra la soberanía de los dos nacientes países australes. Chile, adicionalmente, tenía interés por restablecer el comercio con la costa peruana.

El historiador jesuita P. Vargas Ugarte menciona que el origen de la Expedición Libertadora se halla en un tratado suscrito el 5 de febrero de 1819 por el ministro de Relaciones Exteriores rioplatense, Gregorio Tagle, y el coronel Antonio José de Irisarri de parte de Chile en el cual se estipulaba que ambos gobiernos se comprometían a expulsar a los realistas del Perú y establecer allí un gobierno independiente. O’Higgins ratificó este acuerdo el 15 de marzo de ese mismo año, mas el Río de la Plata no le dió la ratificación necesaria, por lo cual San Martín se vio en la obligación de obrar por su cuenta.

El gobierno de Chile, en este contexto, contrató al intrépido almirante Cochrane, quien arribó a Valparaíso el 28 de noviembre de 1818. La escuadra chilena se encontraba en una buena situación: el almirante Blanco Encalada había capturado la fragata española María Isabel de 50 cañones. La escuadra estaba conformada por aquella fragata española que luego se llamó O'Higgins, en honor al supremo director; por el buque San Martín, de 56 cañones; el Lautaro, de 44 cañones; el Galvarino, de 18; el Chacabuco, de 20; y el Araucano, de 16.


IV. La Expedición Libertadora en el Perú

La Expedición Libertadora zarpó en agosto de 1820. Según Contreras y Cueto, la expedición estaba conformada por 4118 hombres, de los cuales 1805 eran chilenos y los demás eran el Ejército de los Andes de procedencia rioplatense. El gobierno de Chile financió la expedición muy esforzadamente; costear una expedición de tal magnitud resultaba un gasto muy oneroso para una economía de un país naciente y con una economía bastante rústica. Aproximadamente, 600.000 pesos fue el costo de la Expedición.

San Martín supo mantener cierta autonomía del gobierno chileno. En un principio, el Congreso de Chile había fijado una larga serie de instrucciones para la Expedición, mas las cláusulas fueron observadas por O’Higgins, quien, finalmente, las consideró descomedidas. La Expedición Libertadora desembarcó en la Bahía de Paracas el 8 de septiembre de 1820. De esta manera, inició la contienda bélica definitiva por la Independencia del Perú.


51 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

תגובות


bottom of page