Autora: Camila Blanc
Una carta a todas las maestras del CI que dan todo de sí en sus clases. Consideren queridas profes que esta carta, representa el sentimiento de cada uno de sus estudiantes. Las queremos mucho y les deseamos un feliz día de la madre, a las que son mamás y a las que no lo son, puesto que son como madres para nosotros.
Hola miss,
Eres y has sido como mi amiga, me has acompañado siempre, puedo contar contigo cada vez que lo necesite. Eres de las personas más nobles que conozco, más amorosas, más sincera, más alegre.
A veces por vergüenza no decimos todo lo que nos gustaría decir a alguien y contigo he aprendido que la vergüenza no importa, tienes que decirlo y decirlo fuerte. Hace ya un tiempo que nos conocemos, me has dado confianza en mí misma, te aseguraste que tus pequeños revoltosos aprendieran y se divirtieran. Y personalmente me ayudaste a que me convierta en la persona que soy ahora.
Siempre he admirado mucho el trabajo que hacen los profesores, y especialmente valoro a quienes han sido mis maestros, porque no solo te llegan a enseñar un curso. Cada uno te marca a su manera, te dan herramientas con las que estarás preparado para enfrentar la vida.
Te extraño. ¿Recuerdas cuando nos saludábamos en el patio? Todas las experiencias que hemos vivido. Siempre te lo he dicho. Te quiero mucho, te agradezco por todo el esfuerzo que siempre le has puesto a las clases, porque no solo has sido mi maestra, has sido como mi segunda mamá. Has construido entre nosotras un vínculo de confianza que nunca se va a romper. Siempre te voy a recordar con tanto cariño. No tienes idea de la huella que has dejado en mi mente y en mi corazón. Siempre has tenido esa chispa especial de las maestras, que te hace sentir cómodo, en casa, como si nos conociéramos de toda la vida.
Siempre decimos que el colegio es nuestro segundo hogar y no es precisamente porque pasemos más tiempo allí que en nuestras propias casas. Pero sin ustedes las maestras y maestros no sería un hogar. Aunque pensándolo bien, si decimos hogar, me gusta creer que el hogar no es un lugar, sino todas aquellas personas que son tu familia, no necesariamente de sangre, sino de corazón. Toda persona a la que quieres y por más de que te alejes siempre llevarás en tu memoria. Eso eres tú para mí, mi familia del corazón, porque he crecido contigo, me has enseñado muchas cosas y el aprendizaje no se limita solo al salón de clases, yo he ido aprendiendo durante estos años contigo y sé que nunca podré terminar de agradecerte.
Sé que puede ser un discurso repetitivo y de todos los alumnos, pero es que ustedes las maestras son con quienes nos reímos, lloramos, nos divertimos, nos enojamos y crecemos como personas y en conocimiento. Si bien, algunas veces tienen que ser exigentes con nosotros para que podamos aprender, también existen momentos en los que nos abrazamos y compartimos conversaciones inolvidables.
Para mi, el tiempo es de lo más valioso que tenemos y es en especial el tiempo que pasamos con las personas que queremos y que nos enseñan a ser mejores, el que tenemos que valorar por siempre. Hay que hacerle un huequito protegido en nuestra memoria y corazón.
Me despido deseándote un feliz día de la madre, de nuevo gracias por tanto.
Espero vernos muy pronto…
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