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El inicial en el colegio

Foto del escritor: La Voz del LoboLa Voz del Lobo

Autora: Luciana Díaz

 

Todos recuerdan el inicial con mucho cariño, si se le puede decir “recordar” a esa vaga sonrisa que hacemos al intentar pensar en él, muy pocas cosas nos vienen a la mente, solo sabemos que fue algo muy hermoso. Tengo la suerte de que mi mamá empezó a trabajar como maestra de inicial hace cuatro años, cuando yo estaba en cuarto grado de primaria, y he de admitir que ver el detrás de cámaras de todas esas cosas que nos hicieron reír me hizo apreciarlo aún más.


¿A quien se lo debemos? Se lo debemos a los juegos que, como la mayoría de los lectores recuerdan, eran de metal; se lo debemos a las innumerables veces que usábamos mal estos juegos, trepándonos por encima de los techos o las paredes, subiendo al revés el tobogán, y creyéndonos así los niños más intrépidos y con las aventuras más peligrosas y emocionantes del mundo. Se lo debemos a las mil y una pelotas atrapadas en las copas de los árboles o en los techos que recubren el salon, que cada día los niños de primaria acumulaban más, y poco a poco nos quedábamos sin ellas.


Se lo debemos a nuestras maestras, que, como ahora puedo saber, hacían tantas cosas por hacernos felices, nos ayudaban, nos comprendian, escuchaban nuestras ocurrencias y llegaban a sus casas con una sonrisa después de haber escuchado cosas como “¿los waters de los aviones tienen alas para no separarse del avión?” “¿Por qué los tacones se llaman tacones si no comen tacos?” y por las muchas voces que se inventaron para hacer hablar a los peluches y títeres que nosotros amábamos tanto


Espero que recuerden estos días con tanto cariño como yo, y tal vez, ¡le podrían mandar un correo a sus profesoras de inicial si siguen en el colegio! Recordemos lo mucho que las queremos y extrañamos y así alegrarles el día.


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