La Batalla de Junín
- La Voz del Lobo
- 11 ago 2020
- 3 Min. de lectura
Autor: Pietro La Torre
(6 de agosto de 1824)
I. Contextualización.
Con la Proclamación de la Independencia del Perú el 28 de julio de 1821, los propios peruanos pudimos decidir el destino de nuestra patria. Sin embargo, la libertad de nuestro país no se había consolidado, puesto que en la sierra central y sur se encontraba el Virrey La Serna, que había establecido la capital del Virreinato en el Cuzco. Por esta razón, la autoridad del Protectorado se limitó a la costa norte y Lima.
La poderosa presencia realista en la sierra peruana terminó por desgastar al gobierno de San Martín. Así, el Libertador del Perú decidió reunirse con Simón Bolívar en Guayaquil a fin de conseguir ayuda militar para poder dar batalla a los realistas; del mismo modo él le había proporcionado anteriormente mil doscientos hombres a Sucre para la decisiva Batalla de Pichincha, que selló la independencia de Quito, ocurrida el 24 de mayo de 1822. Empero, San Martín retornó al Perú sin lograr ninguno de sus cometidos, instauró el primer Congreso Constituyente, y luego abandonó el Perú.
II. La llegada de Bolívar.
Simón Bolívar arribó al Callao el 1 de septiembre de 1823, y encontró un país dividido: por un lado, Riva Agüero había instaurado un gobierno rebelde en Trujillo; y por el otro, el Marqués de Torre Tagle había sido nombrado presidente por el Congreso en Lima. A este caos se sumó el poderío realista asentado en el Cuzco. Ante esta situación, el Congreso entregó poderes dictatoriales a Bolívar para que pueda conducir apropiadamente las campañas finales que derrotasen definitivamente al enemigo y consolidaran la separación política de España.
En este sentido, Bolívar se abocó a crear un ejército unificado y bien organizado, y a fabricar armamento, para lo cual se utilizaron las rejas de los templos debido a la falta de dinero. En total, el ejército estuvo compuesto por diez mil soldados. Emprendió marcha hacia la sierra, donde los realistas, al mando del general Canterac, contaban con dieciocho mil hombres entre el Valle del Mantaro y el Cuzco.
III. La Batalla de Junín.
Ambos ejércitos se encontraron frente a frente la mañana del 6 de agosto de 1824, al sur del Lago Junín. A las 2 de la tarde, la caballería realista se lanzó al ataque de la caballería patriota, dando inicio a la batalla. La caballería patriota estaba al mando del general Mariano Necochea, quien resultó herido en combate. La batalla fue sangrienta; se llevó a cabo tan sólo con lanza y sable; no se escuchó ningún disparo. Era notoria la diferencia numérica: eran novecientos los jinetes patriotas, y mil trescientos los realistas.
Los realistas atacaron con todas sus fuerzas a los patriotas. La caballería de Canterac estaba arrasando con los patriotas, haciéndolos retroceder de manera muy desordenada. La Batalla de Junín parecía perdida. El triunfo de los realistas era inminente. Ante este terrible panorama, Bolívar, que desde las alturas vislumbraba el desarrollo de la contienda, ordena la retirada de la infantería.
IV. El Sargento Mayor Rázuri Estévez y los Húsares del Perú
No obstante, el batallón de Húsares del Perú se encontraba intacto, motivo por el cual el Sargento Mayor José Andrés Rázuri Estévez solicita órdenes al general La Mar. Éste le dice: “Diga Ud. al comandante Suárez que salve ese escuadrón como pueda”. Mientras Rázuri Estévez, imbuido de profundo sentimiento patriótico, llevaba la orden, notó que la caballería realista estaba dándole la espalda a los Húsares, por lo que al llegar donde Suárez, cambió la orden y le dijo: “Mi coronel, el general La Mar ordena que ataque Ud. de todos modos”.
Así, el batallón de Húsares del Perú, de cien jinetes, ataca por la retaguardia a la confiada caballería realista, logrando el triunfo de la Batalla de Junín. Canterac, sorprendido por el ataque de los Húsares, emprende retirada hacia el Cuzco. La batalla no duró más de 45 minutos. Las bajas fueron de 250 realistas y 150 patriotas. Finalmente, La Mar mandó llamar a Rázuri Estévez y le dijo: “Debería usted ser fusilado; pero a usted se le debe la victoria de hoy día”.
Debido a esta hazaña, Bolívar, muy motivado por el triunfo gracias a la intervención de los Húsares, decidió cambiar el nombre de “Húsares del Perú” a los “Húsares de Junín”.

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