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La tiranía de la igualdad

Foto del escritor: La Voz del LoboLa Voz del Lobo

Autor: Matías Yábar



Creo hablar por todos al decir que nos hemos quedado sorprendidos ante los resultados de las elecciones, debido al sorpresivo liderazgo del candidato Pedro Castillo. Ante esto, la masa de personas que desconocían al aspirante a presidente se sorprendieron al ver que era un declarado socialista, marxista y mariateguista. El discurso izquierdista siempre ha sido atractivo a las masas, pues es un discurso utópico, que impulsa una especie de mundo ideal donde todos somos iguales, felices y honestos. Pero detrás de este se oculta una ideología nefasta que promulga la envidia, el resentimiento y el trato desigual frente a la ley, una que ha generado pobreza y hambruna donde sea que se aplicó y que carga con la vida de entre ochenta y cinco y cien millones de personas a lo largo de la historia en su distintos regímenes en diversos países. Dicho esto me remitiré a desmentir al socialismo y al discurso progresista del malvado “neoliberalismo”


Para empezar, el término “neoliberalismo” en sí es uno sin lógica alguna, pues si analizamos la palabra nos encontramos con que “liberalismo” viene de “libertad” y “neo” viene de “nuevo” y no existe nueva o vieja libertad, pues es una condición que existe, o no existe, no hay matices. En segundo lugar, dicho término lo acuñó el economista Alexander Rustow, un socialista que escapó de la Alemania tras la Primera Guerra Mundial y que pensó el término para un intermedio entre el liberalismo clásico y el fracasado socialismo del cual huyó en Alemania. Por ende, acabó definiendo al término como al conocido “ordoliberalismo”, el cual promulga a una economía social de mercado, como la existente en Perú, que con todos sus defectos, disminuyó tanto la pobreza, de un 58.5% en 2004 a un 20.2% en 2019, según el INEI, tanto como la desigualdad de un 0.52 a un 0.35 según el índice de GINI. Así que el “neoliberalismo” es un término erróneo para referirse al liberalismo, el cual cobra raíz de las ideas de Adam Smith, quien aboga por una economía de “libre mercado”, no una “social de mercado”, y catalogar al modelo actual como fracasado es negar la realidad.


Entrando al tema del comunismo-socialismo, ésta se basa en una teoría económica fallida y que fue refutada, me refiero a la “Teoría del Valor-Trabajo”, la cual lleva existente desde una etapa de nuestra historia moderna pero que cobró mucha más relevancia gracias a Marx y el uso de ésta para justificar a un Estado Socialista totalitario en obras como: “El manifiesto comunista” y “El Capital”. Si bien la base es la misma, Marx relaciona ésta con la “Teoría monetaria”, en la cual señala que el precio es definido por el total de horas que cuesta producir el bien en cuestión, así como otros costos de producción. Ésta es el sustento que Marx busca para iniciar con el verso de la explotación, los capitalistas burgueses malvados, la mentira de la plusvalía y de ver mal a quien producía riqueza y generaba trabajo. Pues bien, esta teoría ha sido refutada por Carl Menger en la segunda mitad del siglo XIX junto con William Jevons y León Walras, pertenecientes a la Escuela Austríaca de Economía. Lo que nos explica esta teoría es que nos dice que el precio de un bien es definido por la importancia que el individuo le da para satisfacer sus deseos. Esto es mejor ejemplificado con lo siguiente: A Picasso le cuesta cincuenta dólares comprar la pintura, veinte el lienzo y se vende su pintura a dos millones, esto se explica por el valor subjetivo que el comprador le dé al producto, no por las horas que trabajó ni por cuánto le costó pintarlo. Ésta es una teoría aceptada como refutación a la Teoría del Valor Trabajo, por ende ésta se vuelve obsoleta y anula tanto a la Teoría del Valor-Trabajo como a la famosa “plusvalía”.


Como bien se sabe, lo que el socialismo busca es una economía controlada por el Estado, esperando que éste reparta la riqueza equitativamente entre todos los miembros de la sociedad. ¿Pero eso es justo? es decir, ¿tengo el derecho a quitarle a una persona para darle a otra? Quien gana más es porque genera eso, Messi gana millones por jugar fútbol porque hace más que eso, es un símbolo, una pieza clave en el marketing del FC Barcelona, y da trabajo a su entrenador personal, nutricionista, doctor y a infinidad de trabajadores que no tendrían trabajo si no fuera por el equipo de futbolistas que le generan ingresos, ya sea en merchandising, entradas, tours, etc y satisfaciendo al prójimo con bienes de calidad al mejor precio. Se quiera o no, el mercado somos nosotros, sí existen mil doctores y 20 taxistas la sociedad necesitará más taxistas y menos doctores, los salarios de los taxistas subirán y el de los doctores bajarán, porque representa las necesidades de la ciudadanía. Cabe resaltar que la riqueza no es una torta, que se corta en pedazos iguales y se da de comer a todos, es una masa que fluctúa, cuando el Estado controla la economía y expropia empresas y aumentan impuestos, las empresas se van a ir, porque no les conviene, les quita el incentivo del dinero, que es lo que hace que tengan que dar el mejor servicio al mejor precio, compitiendo en el mercado adaptándose y satisfaciendo al consumidor, porque si no lo hacen, quiebran. Si se van las empresas, las cuales son quienes generan dinero, riqueza, empleo y prosperidad, se pierde todo lo anteriormente nombrado. Ya no tienes a los ricos para exprimir, te toca a la clase media, la cual cae a la pobreza porque la falta de empleo que ponían las empresas de los “malvados burgueses” ya no existe, por lo que ahora exprimo a la clase baja, la cual se pone aún peor y todos terminan muriendo de hambre. Esto pasa porque el Estado es ineficiente por naturaleza, por el “Teorema de la incapacidad del Socialismo” de Ludwig Von Mises, que indica que el Estado no puede hacer cálculo económico y planificar la economía, pues restringe al mercado, y en donde falta mercado no pueden formarse precios, y sin esto no hay cálculo económico ni eficiencia.


Si esto no es suficiente, me remito a evidencia histórica que muestra el fracaso del socialismo en el mundo. En la Unión Soviética, Lenin estatizó la economía al 100% y produjo la mayor caída económica de la historia, tanto que tuvo que crear la denominada Nueva Política Económica, la cual fue un modelo mixto que se aplicó tras la Primera Guerra Mundial, donde se apeló a la iniciativa privada para reconstruir la economía, restaurando su odiado capitalismo para sobrevivir en la posguerra. Finalmente volvieron al modelo socialista que creó una burbuja tan grande de deuda, inflación e insostenibilidad que terminó por explotar en diciembre de 1991 tras la disolución formal de la URSS. Después tenemos a Cuba, que antes de la llegada de Castro, con el dictador Fulgencio Batista se tenía el cuarto PIB per cápita más alto de América Latina y era la economía 31 del mundo siendo una isla de 110.000 kilómetros cuadrados. Tenían el mayor número de televisiones y teléfonos por persona de la región, eran cuartos en porcentaje de personas que sabían leer y escribir, y poseían la tasa de mortalidad infantil más baja de latinoamérica. Fue el primer país de Iberoamérica en contar con un sistema de alambrado eléctrico, el primero en tener tranvía eléctrico de la región, La Habana fue la primera ciudad del mundo en contar con telefonía con discado directo y la segunda en contar con una emisora de radio. Hoy en día, tras la desalmada dictadura comunista de los Castro, ya no tiene un PIB similar al español, sino solo un 7.4% del mismo, con 4 veces menos renta per cápita, el internet llegó en 2015 y 1 gb equivale al salario mínimo, y cuando Netflix llegó al país solo el 5% de la población podía acceder a internet. Es el país 115 en crecimiento económico, 180 en natalidad infantil y según el Banco Interamericano de Desarrollo, el PIB per cápita cubano en 2014 era de 3.014, menor al de países como Ghana, Nicaragua, Congo e Irak. Por otro lado, en Venezuela se encuentran las mayores reservas de petróleo del mundo, cosa que desde las décadas de 1950 y convirtió al país en el más rico de latinoamérica por décadas, el desempleo era de apenas el 4% y la pobreza no superaba al 20%. Hoy en día, Venezuela ha perdido ⅔ de su PIB en tan solo 6 años, la inflación que tienen es la más alta del mundo, la pobreza azota al 96% de los venezolanos y la pobreza extrema al 80%. Todo esto tras la llegada del régimen chavista y la estatización de la economía con su “socialismo del siglo XXI”. Finalmente, Argentina fue el país más rico del mundo en 1895 y osciló entre los 10 primeros países por una mitad del siglo XX bajo las ideas liberales de Juan Bautista Alberdi, quien ideó el milagro argentino, el cual produjo una migración masiva procedente principalmente de Europa que solo pudo superar Estados Unidos. Luego llegaron las ideas socialistas de Perón de nacionalizar la economía y restringir el mercado, seguido del kirchnerismo, con ideología similar, que dispararon el gasto público y la emisión monetaria. Hoy ese país es la economía número 59, con una pobreza del 50%, la sexta inflación más alta del mundo y una capacidad de compra es un 70% menor a la de EE.UU, quien lo superó en riqueza hace ya mucho tiempo. Todos estos casos solo nos indican una cosa: el socialismo es decadencia, fracaso y miseria, un sistema que ha destruido a países y ha causado muertes en donde sea que se haya aplicado y que no ha triunfado en ningún lugar del mundo porque va en contra de la razón y de los conocimientos económicos.


En conclusión, el socialismo, junto con otras ideas de izquierda, han causado daño a la economía y a la prosperidad de millones de personas, les provocan inflación, desempleo, pobreza y violencia. Esta ideología desprecia a la propiedad privada, al exitoso, a quien emprende, al que genera riqueza y busca generar bienestar para sí mismo y al prójimo por cuenta propia sin depender de ningún gobierno. El socialismo es poner tu vida en manos de unos burócratas que te dirán que está bien o mal. Es robarle al ciudadano para que, entre una cúpula que vive a costa del pueblo, se despilfarre en ellos mismos y dejando la migaja al necesitado. Es literalmente caridad con el bolsillo ajeno a punta de pistola. Bajo este discurso de la igualdad se ha lavado el cerebro a generaciones de jóvenes que han sido adoctrinados bajo este pensamiento, que va contra toda teoría económica pero que quieren imponer a esta región porque es el sistema que más beneficia a los políticos, pues les asegura cobrar un dineral a costa de no hacer nada, de los impuestos que nos sacan a punta de pistola sin ningún descaro. Muchas personas creen que esto se soluciona con las personas adecuadas, que hay que esperar mágicamente a que algún Congreso sea honesto. Pues no es así, la única solución es reducir el Estado lo más que se pueda, quitarle cada vez más poder y facultades a los políticos, así éstos no podrán ser corruptos por más que quieran, pero para esto se debe de incrementar al sector privado, liberalizar la economía, dejar trabajar al empresario, de ahogarlo a impuestos, a dejar de gastar tanto dinero que pertenece a quienes trabajan por él, quitar las regulaciones que impiden nuestra prosperidad y destruyen nuestra riqueza, dejar la absurda idea de que el Estado tiene que hacerse cargo, porque es lo que se ha hecho desde siempre, el Estado es quien da monopolios, quien impide la libre competencia y que restringe nuestro desarrollo. Espero que dejemos la demagogia algún día, de creer en un papá Estado que nos dará todo y nos paremos en nuestros propios pies, que dejemos de protestar por el derecho al dinero ajeno y que empecemos a hacerlo para que nos dejen generar el nuestro propio, será cuando se abracen las ideas de la libertad cuando en verdad podremos decir con orgullo que Latinoamérica es un paraíso.


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1 Comment


jalbam
Apr 17, 2021

Muy buen artículo. Excelente nivel de argumentación y crítica al socialismo y la izquierda nefasta. Un gran aporte a la batalla cultural. Sigue así!

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