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No, solo fue por el alcohol

Foto del escritor: La Voz del LoboLa Voz del Lobo

Autora: Romina Prialé



Daniela:

Eran las 2 de la madrugada, aún seguía despierta, cuando sentí una luz en mi rostro que entraba por la ventana. Era de noche, así que me pareció extraño, pero de igual manera me acerqué. Levanté la cortina y vi a un amigo que me pedía que bajara de mi habitación. Le hice caso, bajé lentamente por las escaleras para dirigirme a la puerta de entrada esperando que ningún familiar mío se despertase. Abrí la puerta y lo encontré con los ojos llenos de lágrimas.


-¿Qué pasó?- le pregunté. Él se limitó a tomar mi mano y llevarme a la puerta de la segunda fila de su auto en donde se encontraba su enamorada desmayada. Lo primero que pensé en ese momento fue en buscar ayuda, pero sabía que llamando a sus padres se molestarían con ella.


-Espérame aquí- le dije. Se sentó en las escaleras de la entrada, fuí por un vaso de agua para darle y que me cuente la historia.


Marcelo:

Me habían invitado a una fiesta junto a mi enamorada, su nombre es Adriana. Ese día íbamos a cumplir un año por lo que le rogué que me acompañara cuando ella no quería. Pasé a recogerla a su hogar. Su madre no estaba de acuerdo con dejar ir a su hija a una fiesta en una noche escolar. Sin embargo, la dejó salir ya que sabía lo importante que era la fecha para nosotros. En el transcurso del camino, reímos, cantamos a todo pulmón las canciones de nuestro disco favorito de Morat, hasta que llegamos al lugar donde se iba a realizar la fiesta. Entramos y lo primero que hizo Adriana, fue ir al bar por una bebida alcohólica. La seguí pero no agarré nada de la barra, no soy de las personas que disfrutan mucho tomar en una fiesta.


Conforme fueron pasando las horas, seguí acompañando a Adriana en todo momento, pero ella cada vez estaba más ebria. Le dije que dejara la bebida y que ya nos vayamos a eso de la una y veinte de la noche pero no aceptó, me empujó cuando intenté quitársela y se fue con un grupo de amigas suyas. Luego de unos minutos, cuando la había perdido de vista, una de sus amigas se acercó a mi desesperada pidiendo ayuda. Me llevó al baño de mujeres y Adriana estaba vomitando en el retrete. Segundos después se desmayó en ese mismo lugar. Mierda. No sabía qué hacer, llamé a su madre y no contestaba. Su padre estaba fuera de la ciudad y nunca le importó mucho lo que ella estuviese pasando así que ni me molesté en llamarlo. La levanté y la saqué de ahí. Pude cargarla hasta mi auto con suerte. Pensé en dirigirme al hospital, pero ahí pedirán el nombre de su madre y ella definitivamente no quería que ella la vea en esa situación. Pensé en mis padres pero ninguno de los dos entenderían lo que ocurre. Así que me dirigí a la casa de Daniela, una amiga muy cercana.

Llegué a su hogar luego de unos treinta minutos. Me bajé del auto y alumbré a su ventana con la linterna de mi celular, sabía que ella se encontraba despierta. Salió por ahí, señalé la puerta para que bajara. Inconscientemente, comenzaron a salir lágrimas de mis ojos. Me preguntó qué pasaba y la llevé al auto para que vea a Adriana desmayada. Se quedó quieta, sin saber qué decir. Luego de unos segundos me dijo que la esperara, me trajo un vaso de agua y me pidió que le contara la historia así que eso hice.

Cuando terminé de contarle lo sucedido, me dijo que debíamos llevarla al hospital. No estaba muy convencido ya que sus papás se iban a molestar. Además no había sido algo grave, solamente se desmayó por el exceso de alcohol que tomó.


- Marcelo, es mejor llevarla -apoyó su mano en mi hombro, con una actitud fría.

- Pero solo fue por el exceso de alcohol- encogí mis hombros, aunque si estaba considerando llevarla.

- No seas estúpido, puede que haya pasado algo más- Pensé un rato. Nada se me venía a la mente, pero accedí.

- Está bien,

- Entonces te acompaño- dijo Daniela.

- Gracias- le respondí con una sonrisa. Ella subió por un abrigo y salimos directo al hospital.


Llegamos a la entrada de emergencia. Nos bajamos del auto y cargué a Adriana para entrar con ella. Automáticamente, unos doctores se acercaron a nosotros y me preguntaron qué fue lo que sucedió. Les conté y la colocaron en una camilla. Entramos al hospital, le inyectaron un líquido que honestamente no sé para qué servía. Me dijeron que debíamos ir a la sala de espera mientras ella aún no estaba consciente, así que eso hice.


Conforme fueron pasando los minutos, estaba más desesperado porque ella no despertaba. Daniela trataba de animarme, pero no daba resultado. Hasta que un enfermero sale y me comenta que ya se encuentra bien. Nos dirigimos a donde se encontraba ella, se notaba que le había costado despertar.


- ¿Qué pasó?- dijo observando el lugar en el que nos encontrábamos.

- Te desmayaste en la fiesta por tomar mucho alcohol- Le dije mientras me acercaba a abrazarla.

- Ah, verdad.

Un doctor se acercó a revisar y nos dijo que como ya se encontraba despierta, le debían de hacer unos exámenes para verificar si fue el alcohol lo que ocasionó el desmayo.

- Doctor, si fue el alcohol. Ya me ha pasado antes por la misma razón- Adriana se ve nerviosa.

-¿Pasa algo?- le pregunté.

- No nada- dirige su mirada a otro lugar.

- Entonces, si no pasa nada, no será malo estos exámenes, si?- Dice el doctor. -Bien, los invito de nuevo a esperar en la sala mientras le realizamos estos exámenes a la señorita Villalobos.


Nos retiramos de la habitación. Estuve pensando por muchos minutos y no se me ocurría alguna otra razón por la cual se pudo desmayar.

- Hey, ¿estará bien, si? No pienses lo peor- Daniela estaba sentada al costado mío cuando vemos que el doctor se acerca a nosotros.

- ¿Tienen el número de familiares de la paciente? Debemos contactarlos- se acerca un poco preocupado.

- ¿Tiene algo grave?- Me levanté de mi asiento.

- Hemos realizado ciertos exámenes para comprobar que la causa del desmayo fue el exceso del alcohol, cuando solamente fue uno de los factores. Observamos que su estómago se encontraba vacío al ingerir las bebidas, por lo que al no haber alimentos, se desmayó más rápido. Nos comunicamos con la doctora Espinal, especialista en trastornos alimenticios. Ella también pudo realizarle los exámenes necesarios. Se comunicó con Adriana y logramos concluir que está evitando ciertas comidas para poder mantener una figura delgada. Sin embargo esto solo ocasiona problemas en su salud.-


Daniela:

Estuve acompañando a Marcelo en todo momento. Recibió la noticia del doctor y ahora todo tenía sentido. Han habido varias veces en las que después del almuerzo, se iba al baño y demoraba un poco. Hace unos meses la veo más flaca que antes. En las reuniones no comía nada y si es que lo hacía, iba al baño apenas terminaba. ¿Las veces que ella se ha desmayado en fiestas habrá sido por la misma razón que hoy? Siempre respondía: “No, solo fue por el alcohol” y el resto pensábamos que así era. Hasta hoy. Adriana necesita ayuda. Pobre Marcelo.


Marcelo:

Como no me pude dar cuenta en todo este tiempo que algo andaba mal con Adriana. En ese momento recordé, como varias veces que salíamos a comer, ella pedía poco y luego se dirigía al baño, cuando estábamos en mi casa y evitaba cualquier dulce. A veces se quedaba observando la envoltura. Ella pedía ayuda en silencio y nunca pude darme cuenta. Me contacté con su madre, ella se preocupó demasiado cuando le dije que nos encontrábamos en el hospital. Me dirigí a la habitación de Adriana y la encontré observando a la puerta nerviosa. Esperando que llegue alguien a gritarle . No podía estar molesto con ella, eso solo empeoraría la situación. Me acerqué y la abracé.


- Todo estará bien, ya encontramos ayuda para ti- le dije.


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1 Comment


Lucas sabe...
Apr 17, 2021

Lucas sabe......



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