Autor: Mateo de la Borda
Introducción
Durante los últimos meses se evidenció, en el país, una de las campañas electorales más atípicas que el Perú haya visto, no solo por la coyuntura sanitaria producto de la pandemia, que empeoró significativamente el panorama socio-económico del país, y que descubrió problemas que se encontraban ocultos a plena vista, como las graves deficiencias que padece nuestro primitivo sistema de salud, sino que también por la gran variedad de candidatos políticos que lograron pasar la valla electoral (18) y que aspiraron, en la primera vuelta, a tener representación política tanto en el Congreso como en Palacio de Gobierno. Es preciso recordar que la población se vio reducida notoriamente debido a los efectos del COVID-19 en el Perú.
Otro factor único de la ya culminada campaña electoral fue, sin duda alguna, la cantidad de candidatos que están siendo procesados por supuestas acciones irregulares, como es el caso de Keiko Fujimori (lavado de activos), Daniel Urresti (caso de la muerte del periodista Hugo Bustíos) o Daniel Salaverry (presunto delito de colusión), sin mencionar aquellos casos en contra de aspirantes al congreso, que alcanzan la impresionante cifra de 134, de 142 personas que aspiran a ocupar un cargo público durante los próximos cinco años, según datos proporcionados por el diario La República.
Teniendo todo esto en cuenta, era previsible que los “comicios del bicentenario” se caracterizaran también por contar con una notoria fragmentación del voto, así como la indecisión manifestada por varios votantes, lo que se manifiesta en el inusual dato que presenta el diario Gestión: “4 de cada 10 votantes o bien no acudieron a las urnas o votaron en blanco o nulo”, lo que se traduce en los bajos porcentajes del total de votos válidos alcanzados por los candidatos más votados (no mayor al 20%)
Al término de tan álgida “guerra política” denominada como campaña electoral y tras conocerse los resultados del conteo de votos por parte del Jurado Nacional de Elecciones, prevalecieron solo dos personalidades, quizás las que, al final del trayecto, fueron las más polémicas, nos referimos a la ya mencionada Keiko Fujimori y al señor Pedro Castillo, cuyas candidaturas y clasificación a segunda vuelta pusieron al electorado en una situación de “jaque mate”, producto de todos los hechos detallados en los párrafos anteriores, en donde el ciudadano deberá elegir entre el radicalismo, con orientación comunista, propuesto por el candidato por Perú Libre, o el conservadurismo característico de Fuerza Popular. He aquí la importancia de estas elecciones, en donde la ciudadanía deberá informarse integralmente, para cumplir con su deber cívico y elegir al candidato más sólido, pues considero que en situaciones como esta, el voto viciado no es una opción, por las razones que expondremos más adelante.
Pedro Castillo: la voz del campesinado
Ahora resulta pertinente hablar acerca de las carreras profesionales de cada candidato, empezando por el señor Castillo, quien es, evidentemente, la gran “revelación” de los comicios, más por la rapidez de su ascenso que por la poca trascendencia/ influencia que tuvo en la escena política nacional durante los últimos tiempos. José Pedro Castillo Terrones fue educado en colegios rurales de las provincias de Chota, Anguía y Cutervo y fue rondero de una organización campesina en Puña durante los años de violencia en el país. Por otro lado, ostenta los grados de bachiller y magíster en educación y psicología educativa, respectivamente.
Hace escasas semanas se ventilaron, a manera de recordatorio, datos acerca de la participación del ahora candidato presidencial en la gran huelga de maestros del 2017, en la cual Pedro Castillo representó a los manifestantes ante el Ministerio de Educación (dirigido, en ese entonces, por Marilú Martens) con el fin de hacer llegar el rechazo de los maestro hacia la SUTEP, a pesar de que varios personajes públicos presuman que su verdadera intención fue legitimarse, como opina la ex ministra de educación.
Es claro que el candidato de Perú Libre representa, en estas elecciones, la voz del campesinado, que le dio la confianza al que ahora es su vocero, y principal “favorito” a ser el próximo “presidente del bicentenario”. Sin embargo, no se puede decidir un voto basado en la vida de los candidatos, sino en cuán viables son sus propuestas. Por esto es que analizaremos brevemente las propuestas detalladas en el plan de gobierno de este candidato.
Es ampliamente conocido que este candidato presenta claras influencias del chavismo y comunismo en su plan de gobierno, representados en medidas radicales como el cambio de constitución o la reestructuración del TC. Por otro lado, el candidato presidencial detalla que es imprescindible nacionalizar sectores vitales en la economía del país, tales como el minero hidroeléctrico, de comunicaciones, entre otros. Al igual que el Partido Nacionalista y demás agrupaciones de la izquierda política en el país, el plan de gobierno de este partido, elaborado por su fundador Vladimir Cerrón, propone un modelo económico conocido como “Economía popular con Mercados” (propuesta que comparte con el PNP), en donde el Estado jugaría el rol de empresario para competir equitativamente con el empresariado privado. En lo referido a la remuneración de los “obreros”, que conforman las clases populares del país, el partido “zurdo” propone que el sueldo que reciba un empleado debe ser no menor a 20 veces el sueldo del empleador. En lo que a acuerdos comerciales en el plano internacional se refiere, Perú Libre detalla que, en un eventual gobierno suyo, se revisarán todos los acuerdos comerciales que tenga el país (es previsible que se incluyan los referidos a la importación de vacunas), puesto que consideran que atentan contra la empresa peruana y que, en caso de ser cierta dicha afirmación, se procederá a la anulación del tratado.
Análisis
Es evidente que el planteamiento hecho por el partido que representa el señor Castillo tiende a contemplar aspectos de la realidad peruana que, si bien son ciertos, en algunos casos (la crítica hacia la remuneración de los empleados menos capacitados, por ejemplo), no son, ni por asomo, los más importantes para el país en estos momentos. Me resulta sorprendente escuchar que un candidato que, se supone, es la encarnación del Perú olvidado ponga tanto énfasis en políticas como la nacionalización de sectores estratégicos, o la estatización de servicios básicos, pues el grado de importancia que estos tienen para el pueblo peruano es casi nula en comparación a problemas estructurales como lo son las deficiencias del sector salud (cuya reforma ha sido olvidada por la clase política, al igual que el campesinado) y la falta de trabajo, que se vio drásticamente afectado por la pandemia, o de problemas coyunturales como lo es el problema de las vacunas, cuya importación se ha postergado durante meses. Sin duda alguna los puntos más importantes del plan de gobierno del partido de izquierda son, a mí parecer, genéricos y poco novedosos, con un enfoque que invita a pensar que, tal vez, Pedro Castillo no sea el verdadero portavoz de las clases populares.
Keiko Fujimori: ¿El mal menor?
Del otro lado de la moneda se encuentra Keiko Fujimori, a quien se critica fuertemente por supuestamente haber financiado su campaña en 2011 con dinero ilícito, legalizado mediante el blanqueo del mismo. Es bien sabido que la hija de Alberto Fujimori ha sido, y sigue siendo, la mujer más influyente en la escena política peruana. No se puede echar de menos las participaciones que ha tenido en cargos públicos, pues ha sido determinante en el rumbo del país. Ejemplo de esto es el obstruccionismo propiciado por su partido durante el último periodo gubernamental , lo que es considerado, por muchos, una de las tantas causales de la crisis socio-política actual.
La lideresa del partido de derecha Fuerza Popular, quien ostenta el grado de bachiller en administración de empresas por la Universidad de Boston, propone que, en el sector educación, se debe implementar un “centro de recursos educativos digitales, de radio y televisión educativa para el MINEDU, también propone establecer un marco legal que permita a los estudiantes de universidades que no están certificadas por el SUNEDU terminar sus estudios. En línea con el claro cambio estratégico que la señora Fujimori ha planteado para estas elecciones vienen propuestas en relación al medio ambiente o de seguridad ciudadana, que resultan irrelevantes mencionar debido a la ambigüedad con la que la candidata presidencial las aborda. Por otro lado, en lo referido a la corrupción, menciona políticas como la implementación de Oficinas de Integridad y Prevención de Lucha contra la Corrupción en todos los niveles de gobiernos subnacionales, con capacidad investigadora y preventiva.
Análisis y discusión de resultados
Evidentemente la candidata de derecha tiene una visión de lo que necesita el país en estos momentos, a pesar de que menciona poco, en su plan de gobierno, el cómo traerá las vacunas al Perú. Es, a mí parecer, sorprendente que, siendo de un estrato social bastante acomodado, sea capaz de moldear propuestas en favor del alumnado campesino. Por otro lado, consideramos que, aunque las propuestas tienden a ser un tanto conservadoras, o poco novedosas, encuentran su fundamento en las necesidades de la sociedad peruana.
Es verdad que, en comparación con el equipo de especialistas que rodea a Keiko Fujimori están más capacitados que los que rodean al profesor Castillo, que pertenece a una agrupación política relativamente nueva y llena de polémicas. Me veo en la obligación de decir que estas elecciones no solo cambiarán drásticamente el rumbo del país, sino que debe darle, al pueblo peruano, varias lecciones de vida. Tras analizar las propuestas del señor Castillo concluímos que tal vez no sea el verdadero portavoz de las minorías, cuyo significado no debe ser que la candidata de Fuerza Popular lo sea, así como el poderío económico del mencionado partido no debe ser un argumento que lo ponga por encima de otros partidos. Considero que, en la política, la mejor manera de juzgar a una persona es por sus propuestas, más que por su nombre u orientación política. Cada que inician los comicios, se inicia también un juego de ajedrez, cuyas fichas son movidas tanto por candidatos como ciudadanos, creo fehacientemente que estas elecciones deben enseñarnos, de cierta manera, cómo debemos mover nuestras fichas, pues todo estos años hemos estado moviendo las fichas de la corrupción en favor de aquellos que nos decepcionan y traicionan la confianza que el pueblo les otorgó a través del voto. La ciudadanía debe aprender a informarse, a oír las propuestas, y evaluar su viabilidad, creó que solo de esta manera el pueblo peruano sabrá elegir al bien mayor, en lugar del mal menor, y dejar de lado aquellas actitudes que nos ponen a todos en una situación de “jaque-mate” que se vuelve irreversible con el pasar del tiempo.
VII. Cierre
Es así, entonces, como está configurada la coyuntura actual del país, con un electorado excesivamente fraccionado, desconfiado y diezmado por la enfermedad y la ineficiencia de la clase política, que no deja de traicionar sus intereses, o que simplemente no está a la altura de la situación. Es por esto que, por más desalentador que sea el panorama, los peruanos deben enfrentar la situación en la nos pusimos nosotros mismos, y elegir a aquel candidato que presente el plan de gobierno más sólido y viable, en la medida de lo posible. Estas elecciones marcarán, como ya resalte, un antes y un después en nuestra historia como nación, lo que nos debe invitar a afrontar la situación en la que nos encontramos, acudiendo a las urnas y realizando un voto informado.
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