Autor: Juan Miguel Iglesias
Esta es la primera parte de la adaptación a cuento del microteatro que no ganó el pase a Juegos Florales, pero que sí ganó un lugar muy importante en nuestros recuerdos.
Quinto, de nuevo
Son las 8:10 de la mañana del viernes, tienes a primera hora Matemática y solo piensas en cuánto falta para que suene el timbre de las 3:20. Miras por la ventana: es un día horrible, el cielo está nublado, al igual que tus esperanzas de pasar este curso. Solo piensas en cuánto falta para que suene el timbre de las 3:20.
-Profe de mate: Hijo, ¿vas a prestar atención?, hijo, hijo, HIJO.
Sorprendido, miras al profesor que está apoyando sus dos manos sobre tu mesa y te mira fijamente a los ojos. Volteas para tu lado izquierdo y todo el salón tiene la mirada posada en ti. Te sientes avergonzado.
Profe de mate: Ok, gracias. (El profesor toma un profundo respiro y vuelve a la pizarra) Para su último examen del año pueden usar sus calculadoras (muestra calculadora blanca), después del examen si quieren la tiran al tacho o la queman, la verdad que (el profesor literalmente tira la calculadora) no me importa, la calculadora blanca ya cumplió su propósito. Pero, eso sí, si alguien copia…
El profesor agarró la hebilla de su correa, espero que haya sido solo una broma.
Profe de mate: CASTIGO FÍSICO.
Eso hubiera dolido bastante.
Profe de mate: Bueno, el examen tiene una corrección en la pregunta uno…
Ni bien empezó a escribir, al profesor se le cayó la tiza al suelo, la cual se quedó mirando fijamente, pero sus poderes telepáticos no funcionaron. Así que volteó.
Profe de mate: No importa, procederé a repartir sus exámenes.
En ese momento comenzaron los relatos de las tragedias. Desde la otra esquina escuchas a uno de tus amigos.
Alumno 1: ¡ESTE ES EL MOMENTO!. He estudiado para este examen TODA LA NOCHE, necesito un diecisiete para aprobar el año ¡y me largo de este colegio!
Creo que no es la primera vez que escucho algo similar. Un sitio a la derecha de él se escuchó un bostezo.
Alumno 2: Ahhh… Pensándolo bien… Ni siquiera tengo que dar este examen… Tengo 15 de promedio y no hay forma alguna que jale. ¿Me debería ir o mejor me quedo? Mmmm, fue, no compré la calculadora blanca por las webas.
En parte, este alumno tenía razón, pero en parte no. Me distraje cuando todos se rieron del tercer alumno, quien parecía completamente inconsciente desde su carpeta llena de saliva donde recibió su examen.
Alumno 3: …
Finalmente, el profesor llegó a mi sitio y entré en razón. El último examen del año… ¡¿Cómo se pasó tan rápido?! Y pensar que ayer recién...
Profe: ¡Empieza el examen!
Me interrumpió el profesor; sin embargo, intenté continuar con lo que iba a decir, hasta que todo el salón entró en pánico.
Alumno de atrás: Profe, una pregunta.
Alumno de adelante: Profe no entiendo esto.
Alumno desde el extremo izquierdo de la clase: Profe, ¿pongo la fórmula?
Alumno X desde el fondo gritando: ¡Profe, ¿qué fecha es hoy?!
Alumno X desde la otra esquina: ¡PROFE, ¿APROXIMO A DOS DECIMALES?!
El aula era un caos, caos que ni el profesor pudo soportar.
Profe: ¡AAAAAAAAAAAAAAHHHH!
La tiza voló y chocó contra la pizarra para disolverse en decenas de pedazos. Coincidentemente y al mismo tiempo, un temblor sacudió al salón y todos alrededor se congelaron, todos excepto yo.
Y en mi cabeza completé la frase de antes: aún recuerdo el día de la madre.
¿Continuará...?
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