Autora: Maria Luisa Herrera
“El vóley es para las mujeres, el fútbol para los hombres.”
“Corres como niña”, y eso era un insulto.
Esas y muchas otras frases más son las que marcan el inicio de lo actualmente conocido como “micromachismos”.
Podríamos decir que son pequeños gestos machistas, con los cuales nos han criado y a los que estamos acostumbrados. Esto ha rondado toda nuestra vida y, creánlo o no, todos lo tenemos inculcado, pues se ha normalizado al punto que no creemos que esté mal.
Estas cosas se ven en todos lados, especialmente en el colegio.
Más de una vez me he encontrado en la situación donde una niña era rara por gustarle el azul, y molestaban a un niño si le gustaban los colores para “niñas”; de ahí viene mi primera experiencia al respecto, y la que me tiene marcada hasta el día de hoy.
Crecí en una familia en la que desde muy pequeña aprendí que el color no tiene género. Nunca he creído que el azul sea para los niños y rosa para las niñas, por lo que, cuando en tercer grado estábamos leyendo una historia donde claramente se mencionaba que la protagonista era femenina, divertida fue mi cara de inconformidad y confusión cuando la profesora me corrige la participación diciendo que “La manta que lleva es azul, por lo que es hombre”, lo había escuchado, si, sin embargo me extrañé cuando lo escuché pues, no porque fuera azul era de hombre, pero así se sigue pensando.
Durante años ha sido raro ver en el Perú un equipo de fútbol femenino, posiblemente por el simple hecho de que pensaban que no sería igual de bueno porque son mujeres, cosa que es un prejuicio que parte del pensamiento machista. Sin embargo, es bien sabido que el grupo femenino de fútbol es de los mejores.
Después he escuchado cosas como que una mujer no puede ser más fuerte que un hombre. Está científicamente comprobado que el hombre tiene 80% de masa muscular, a diferencia de la mujer la cual tiene solo el 30%; sin embargo eso no significa que una mujer pueda desarrollar más fuerza, además, también está comprobado que en fuerza de piernas las mujeres tienen más.
Estos y más micromachismos se han encontrado en la vida escolar, algunos más notorios que otros. Esto no está bien, debemos aprender a superarlo, y nos deben enseñar a dejar de lado estos pensamientos, pues sólo aluden al machismo y la opresión hacia la mujer.
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