Autor: Pablo Muñoz
La noche del sábado 22 en el distrito de Los Olivos se vivió uno de los hechos más lamentables desde que el país entró en Estado de Emergencia debido al COVID-19. Más de 120 personas se encontraban en una discoteca en pleno toque de queda, cuando las reuniones sociales están prohibidas y el domingo es un día de inamovilidad. Gracias al llamado de los vecinos y a la organización policial, se pudo intervenir y culminar con este evento. Sin embargo, la entrada de la discoteca era demasiado pequeña y los asistentes no colaboraban con la policía al tratar de cerrar la puerta. Al momento que los efectivos lograron entrar al recinto, por la desesperación de no ser capturados, al intentar salir fallecieron asfixiadas trece personas y fueron detenidas otros veintitrés asistentes
A raíz de esta tragedia, considero pertinente considerar ambos lados de la moneda. La responsabilidad de los asistentes y organizadores del evento es clara. Un país con más de medio millón de infectados y personas saltándose las medidas de salubridad para cuidar a sus familiares y en especial a ellos mismos. De los detenidos, quince dieron positivo en los test de coronavirus. De los ciento veinte asistentes, la gran mayoría debe seguir la tendencia de contagios intensificando el riesgo en sus propios hogares. El Perú es un país donde no tenemos camas UCI y donde cada vez hay más personas pidiendo ayuda u oxígeno para sus familiares. Pero, a la vez, salimos de fiesta o nos reunimos con amigos sin pensar en el bien común y en quienes nos rodean.
Por otro lado, la irresponsabilidad de los fallecidos no quiere decir que tienen bien merecida una muerte de esa manera. Debemos pensar un poco más en las personas y sus familiares, en momentos como estos es necesario sacar nuestro lado más humano.. Fue un riesgo innecesario que decidieron asumir, poco empático e inconsciente frente a la situación que vivimos. Pero ¿cuántas veces nos hemos expuesto de forma innecesaria? Más de uno responderá que al menos lo ha hecho una vez. Debemos ponernos en el lugar de los familiares de los fallecidos. ¿Dirías lo mismo si le hubiese pasado a tu hermano o amigo?
Que esta tragedia, al menos, nos sirva para tomar conciencia de los errores que cometemos y debemos evitar. El Estado quizá no toma medidas perfectas, pero lo que sí no puede hacer es tomar decisiones por tí. ¡Despierta Perú!
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